Por lo general, México y América Latina siempre llegan tarde para ser jugadores globales de las grandes tendencias que están sucediendo en el mundo, quizás haya muchos latinoamericanos involucrados en las mismas, pero trabajando en países europeos, Estados Unidos, e inclusive en países asiáticos o para multinacionales de estos países.

Quiero compartir algunas de las grandes tendencias que se avecinan para el 2030 y en las que debemos subirnos y empezar a trabajar para que no nos tomen por sorpresa y al revés, ser jugadores de cuadro o titulares de las mismas.

Recientemente leía algo así como “quien piense que los autos autodirigidos son el futuro, no entiende nada del futuro, los auto autodirigidos ya son una realidad hoy”.

Algunas de estas megatendencias en las que tendríamos que poner nuestra atención son:

  1. Hiper globalización. A pesar de los Trumps del mundo y los fallidos Brexits, la globalización económica, comercial, de capitales, política, cultural, educativa, informativa, y hasta de valores, continuará, y continuará muy sólida en Asia, África, y obviamente en Europa. América Latina tiene una enorme posibilidad de ser mucho más tomada en cuenta por sus múltiples atributos que no ha sabido vender.
  2. China e India. Las economías de China e India seguirán consolidándose como economías de gran volumen e importante crecimiento. China continuará creciendo como un gran exportador global y cada día más y más India seguirá sus pasos, obviamente con diferentes productos y servicios, lo que los hará complementarios y más robustos.

China e India terminarán convirtiéndose en los dos ejes de gravitación económica mundial. Narendra Modi, Primer Ministro de la India, lo dijo hace apenas un par de años: “Quiero que el siglo XXI sea de la India. Esto no tomará muchos años, quizás diez”.

Narendra Modi, Ministro de la India (foto: The Financial Express).

Narendra Modi, Ministro de la India (foto: The Financial Express).

En estos dos mercados, hay un inmenso potencial para vender productos y servicios de los países latinoamericanos que no se ha sabido explotar.

  1. Media docena de economías de gran volumen. Junto con China e India, hay una serie de países que cada día son más importantes jugadores en el ámbito mundial, tanto en lo político como en lo económico, que tenemos que voltear a ver y ponernos a trabajar con ellos: Indonesia, Nigeria, Turquía, Rusia, Singapur, Corea del Sur.

Turquía nos está enseñando lo que pueden y deben hacer los países que realmente quieren ser jugadores globales.

  1. Brasil y México. Tanto Brasil como México pueden ser grandes jugadores globales en el mediano y largo plazo. La coyuntura política de ambos ‒en este momento‒ nos hace dudar de ese futuro, pero todo indica que, por sus tamaños, su ubicación geográfica, su potencial en producción de materias primas, su tamaño población y algunas otras razones, están señalados para ser los jugadores globales que pudieron y debieron ser desde hace décadas.
  2. Estados Unidos dejará de ser la única potencia mundial. Desde hace ya varios años, el peso político y económico de Estados Unidos es cada día menos importante a nivel global, la llegada de Trump ha acelerado aún más este hecho. Estados Unidos cada día influye menos en grandes decisiones globales, su peso en los organismos mundiales es mucho más limitado, lo cual seguirá agudizándose para bien del mundo. Esto quiere decir que habrá espacios de poder y económicos que otros países tendrán que ocupar, América latina tiene que depender menos de Estados Unidos y de sus decisiones y moverse más en bloquear otros poderíos mundiales.
  3. Bloques comerciales más poderosos y nuevos bloques comerciales. La Unión Europea, a pesar del descalabro con la inminente salida de la Gran Bretaña, seguirá fortaleciéndose y buscará hacer cada vez más negociaciones de carácter colectivo para bien y para mal, en muchos ámbitos. Lo que permitirá que quien haga negocios, por ejemplo, con un país de los 49, pueda hacerlo con prácticamente todos en las mismas condiciones. Se abrirán y cerrarán los mercados más fácilmente. Toda América Latina tiene una gran dependencia de sus negocios con Estados Unidos. Hay muchas áreas de oportunidad que tendríamos que aprovechar, no sólo en lo económico, sino en lo educativo, cultural, demográfico, agrícola, y laboral, por sólo citar algunos ejemplos que no hemos aprovechado.

En el caso asiático, simplemente hemos sentido la andanada de importaciones, encabezadas por las chinas y seguidas por las coreanas, y hacemos muy poco de aquí para allá. Los asiáticos trabajan de forma individual, pero también tienen muchos acuerdos como región y subregiones, que podrían y deberían ser mucho más aprovechadas.

Ejercicios como el Tratado Estratégico Transpacífico de Asociación Económica son una luz en el futuro, pero no suficiente para el enorme potencial que ya existe en estos mercados.

Tratado Estratégico Transpacífico de Asociación Económica.

Tratado Estratégico Transpacífico de Asociación Económica.

  1. Agricultura y agroindustria. América Latina siempre ha sido vista como un subcontinente que es un gran proveedor de decenas de productos agrícolas, la mayor parte de ellos de muy bajo valor. Tenemos que evolucionar a ser proveedores mucho más estratégicos y ser proveedores de productos con mucho mayor valor agregado.

“La lucha por al agua; el agotamiento de los recursos naturales; el calentamiento global, la búsqueda de fuentes alternas al petróleo, así como de alimentación, provocarán conflictos de intereses entre los países”.

  1. Cambio climático. Muy de la mano del punto anterior, por las extensiones territoriales y la riqueza de nuestras tierras, América Latina puede jugar un papel fundamental en la conservación del planeta y sus efectos en el cambio climático. Tenemos muchas monedas de cambio que, otra vez, no hemos sabido utilizar. Estamos dejando que la avaricia cortoplacista de unos cuantos afecte al mundo entero.

Diseñar un futuro mucho más sostenible, que supone, entre otras cosas, reducir de forma importante los gases de efecto invernadero, es viable. Alejarnos del petróleo, el carbón y transitar a energías renovables es crucial.

En mi siguiente colaboración para El Semanario seguiré señalando las áreas de oportunidad para México y todo América Latina hacia el 2030, e inclusive hacia el 2050.

Fuente: El Semanario

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